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Classics Worldtimer Manufacture: 10 años de viaje encarnando la historia de Frederique Constant

Presentado en 2012, el Classics Worldtimer Manufacture se ha posicionado en un tiempo récord como una de las piezas más vendidas y aclamadas por la comunidad relojera de Frederique Constant. Un éxito innegable, que hoy celebra su 10º aniversario con dos ediciones limitadas muy exclusivas: la primera en oro rosa de 18 quilates, editada en 88 ejemplares, y la segunda en acero, compuesta por 1.888 piezas. De dicadas al arte de viajar y la exploración del mundo ilustran a la perfección la historia internacional de la Maison, desde los Países Bajos a Suiza, pasando por Hong Kong.

Es una creación especial, muy apreciada históricamente por Frederique Constant, que cruza continentes y trasciende fronteras, y cuyos contornos ha abrazado durante una década. Auténtico icono del viaje presentado por primera vez en 2012, el Classics Worldtimer Manufacture, convertido en indispensable, celebra sus 20 años en 2022. Para marcar esta efeméride, Frederique Constant presenta hoy dos ediciones limitadas exclusivas, para el deleite de los coleccionistas y amantes de la alta relojería.

La Classics Worldtimer Manufacture entra en el universo del NFT

Para estar a la altura de la celebración de su aniversario, Frederique Constant ha decidido alejarse de los senderos trillados e irrumpir en la relojería tradicional ofreciendo a su icono un viaje a la web 3.0: el Manufacture Classics Worldtimer se convierte en un NFT.

Un NFT (token no fungible) es un activo digital dentro de un contrato editado en la cadena de bloques. Garantiza la propiedad de un activo digital de cualquier tipo: obra artística, avatar, objeto de colección, producción musical… Puede comprarse y revenderse en marketplaces especializados, pero también ofrece experiencias exclusivas a los propietarios de estos activos.

La creación de los NFT exclusivos del Classics Worldtimer Manufacture estará a cargo de Rarecubes, un estudio con sede en Ginebra y especializado en tecnología blockchain. Pronto habrá más detalles disponibles en el sitio web oficial de Frederique Constant.

Un aniversario doblemente celebrado

Las dos versiones que hoy se ofrecen están revestidas de un azul profundo que representa los océanos del planisferio central, ejecutado en relieve y en gris. A su alrededor se aplican índices luminiscentes para garantizar una legibilidad perfecta, incluso de noche – como las agujas de las horas y los minutos, del mismo material. Para completar el conjunto, un disco blanco que muestra 24 ciudades se desenrolla en el realce. Finalmente, a las 6 horas, la fecha se indica mediante una aguja dentro de una esfera azul de rayos de sol con un fino guilloché.

La primera versión, la más rara y prestigiosa, es una edición de solo 88 piezas, se ofrece en una caja de 42 mm en oro rosa de 18 quilates. El segunda, realizada en acero, está limitada a 1.888 ejemplares. Las agujas de las horas, los minutos y los segundos, así como el contorno de los índices, reproducen la elegancia de la caja, adoptando su tono. Compartiendo el mismo diámetro de 42 mm, estos dos relojes se llevan con una correa de piel de aligátor azul marino con cierre desplegable adornado con el emblemático sello de la Manufactura Frederique Constant, un eterno pasaporte para la escapada.

¿Cómo se las arregla el Classics Worldtimer Manufacture para ganarse el corazón de los coleccionistas en la actualidad? Esta única pregunta tiene varias respuestas, todas unidas dentro de sus nuevas variantes.

Una complicación útil

En primer lugar, con una complicación útil el Worldtimer no es una creación de relojeros para relojeros, sino una que servirá a un amplio público a diario.

Este hermoso invento destinado a la exploración y los viajes permite leer instantáneamente la hora exacta en las 24 ciudades que representan las 24 zonas horarias de referencia, con la ventaja adicional de la indicación inmediata de las que se encuentran en la noche o el día. Nueva York, Bangkok, Río de Janeiro o Dubái: cada ciudad es una llamada a la evasión que, desde hace 10 años, hace soñar a todos los grandes viajeros del mundo.

Facilidad de uso

 Luego, con un movimiento de Manufactura que se mantiene dentro de un lujo relojero accesible. Frederique Constant ha sido capaz durante más de 15 años de diseñar y ensamblar sus propios movimientos internamente, dentro de su manufactura en Ginebra. Fruto de ello es el calibre automático FC-718, dotado de 38 horas de reserva de marcha. De probada fiabilidad, es también un ejemplo de sencillez: todas sus indicaciones se ajustan únicamente con la corona, gracias a un ingenioso sistema de tres muescas. En la primera posición, da cuerda al reloj; en la segunda, ajusta la fecha (arriba) y la ciudad de referencia (abajo); en la tercera, ajusta la hora de la indicación central.

Sencillo e intuitivo, este diseño permite cruzar los husos horarios dejándote llevar por el único deseo de descubrir el mundo, sin tener que preocuparte por la lectura de la hora: la hora local (mediante las agujas centrales) y la hora de referencia (mediante el realce giratorio) se sincronizan automáticamente entre sí. Tampoco hay que esforzarse en diferenciar los husos que son de día de los que son de noche: los tonos del disco que rodea el globo terráqueo (oscuro para la noche, blanco para el día) lo indican naturalmente, mediante dos segmentos consecutivos de las 12 horas, frente a las localidades de referencia correspondientes.

Este excepcional movimiento es visible a través del fondo abierto de la pieza. Como cualquier calibre auténtico de la Manufactura firmado por Frederique Constant, está ricamente decorado con Côtes de Genève y un delicado perlado en su platina principal, sobre la cual gira su masa oscilante satinada con líneas.

El mundo al alcance de la mano

Por último, el Classics Worldtimer Manufacture es ante todo una creación de diseño moderno y atemporal, una invitación a viajar tras haber atravesado los últimos diez años sin más modificación que la cromática, para enriquecer la colección con versiones en azul, marrón, gris o verde, como tantos paisajes salvajes, arrecifes y tierras de colores.

Representadas en su esfera a través de los cinco continentes, estas maravillas de la naturaleza dan testimonio de un mundo que se ha construido a partir de los acontecimientos, pero también de las civilizaciones. Valiosos guardianes de las culturas, de las tradiciones, pero también del saber hacer, perpetúan su patrimonio y permiten a quien lo desea abrir su mente a diversos usos y costumbres, para enriquecer su experiencia.

Una influencia que desafía las fronteras

Tal es la historia de Frederique Constant. Sus fundadores, Aletta y Peter Stas, han tenido una carrera fascinante, internacional y multicultural, que les ha permitido dar vida a la Maison y, por extensión, a su emblemático reloj Classics Worldtimer Manufacture.

Aletta y Peter Stas son de origen holandés. Peter Stas estudió en Harvard, en Estados Unidos, antes de continuar su carrera en Hong Kong, junto con su esposa Aletta Stas-Bax.

Durante un viaje a Suiza en 1988, concretamente a Ginebra, notaron que los relojes expuestos en los escaparates de las relojerías parecían pertenecer a dos categorías: relojes suizos elegantes, hechos a mano y que ofrecían un auténtico mecanismo -y por tanto muy caros-, o modelos producidos en serie, poco cuidados en términos de acabado y diseño, pero a un precio mucho más bajo. De este viaje nació la idea de crear relojes clásicos “Swiss Made”, de alta calidad, pero a precios asequibles.

Mientras trabajaban en Hong Kong, Aletta y Peter Stas desarrollan su primer prototipo, que presentaron en 1992 en la Feria de Hong Kong. Un cliente japonés hará su primer pedido de 350 piezas. En 1997, la pareja de emprendedores dejó Hong Kong para instalarse en Suiza, y así dedicarse exclusivamente al desarrollo de la casa.

Con esta misma mentalidad el director técnico y maestro relojero Pim Koeslag, y el actual director general, Niels Eggerding, se unen a Frederique Constant. También holandeses, se mudan a Suiza, desde los Países Bajos, después de conocer a Peter Stas. La llegada de Pim Koeslag permitió el desarrollo de movimientos de manufactura, incluido el calibre FC-718, y condujo a la creación de la Manufactura tal como la conocemos hoy.

La aventura de Frederique Constant es tan colectiva como internacional, formando el ADN de la Maison tanto la historia de éxito inspirada en el espíritu americano, como la calidad suiza, pasando por el rigor asiático y la racionalización de costes holandesa. Una gira mundial y una influencia multicultural ilustrada por el Classics Worldtimer Manufacture, a través de sus continentes, su movimiento y hasta el más mínimo detalle.

Sobre Frederique Constant

 Frederique Constant es una Manufactura relojera suiza con sede en Ginebra. Fue fundada en 1988 por una pareja de emprendedores autónomos, Peter y Aletta Stas, a fin de ofrecer relojes suizos de calidad a un precio muy asequible, con el objetivo de democratizar la relojería Swiss Made de lujo.

Frederique Constant concibe, desarrolla, ensambla y controla una amplia variedad de relojes, tanto mecánicos, como inteligentes o de cuarzo, en el seno de su Manufactura de 6.200 m2 de Plan-les-Ouates (Ginebra). A día de hoy, Frederique Constant ha concebido 30 calibres de Manufactura, en particular, grandes complicaciones como el Tourbillon, el Calendario Perpetuo o el Cronógrafo Flyback, así como un nuevo tipo de escape nunca antes visto en la relojería: el Monolithic. Fabricado en una sola pieza de silicio, en sustitución de los 26 componentes de un surtido estándar, oscila a una frecuencia de 40 Hz, es decir, diez veces superior a la de la mayoría de los movimientos mecánicos.

En 2015, Frederique Constant lanzó el Horological Smartwatch, el primer reloj inteligente fabricado en Suiza, de estética tradicional. En 2018, le sucedió el Classic Hybrid Manufacture, que combina un movimiento mecánico con funcionalidades inteligentes. Posteriormente, en 2020, se lanzó la línea Smartwatch Vitality, equipada con un sensor de frecuencia cardíaca integrado de nueva generación. El mismo año, Frederique Constant revive su colección Highlife, con una caja rediseñada y un brazalete integrado intercambiable. Le sigue en 2021 el Slimline Monolithic Manufacture, equipado con su escape monobloque de muy alta frecuencia, y luego la colección Highlife para mujer.

Actualmente, Frederique Constant cuenta con cerca de 3.000 puntos de venta en 120 países a lo largo y ancho del mundo. Desde 2016, el grupo Frederique Constant (compuesto por Frederique Constant, Alpina Watches y Ateliers deMonaco) se unió al grupo japonés Citizen con el objetivo de continuar su desarrollo internacional y alimentar nuevas sinergias.

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